Las obras nominadas, que participan en el Programa Cultura de la UE, que financia el premio junto con la Fundación Mies van der Rohe, han de haber sido finalizadas en los dos años anteriores y son propuestas por expertos independientes de toda Europa, así como por las asociaciones de miembros del Consejo de Arquitectos de Europa, las asociaciones nacionales de arquitectos y el comité asesor del premio.
Este año el jurado, que preside Wiel Arets, está formado por Pedro Gadanho, Antón García-Abril, Louisa Hutton, Kent Martinussen, Frédéric Migaryou, Ewa Porębska y Giovanna Carnevali.
Aunque no hay ningún arquitecto español entre los cinco finalistas, sí un edificio, el Metropol Parasol, que con su peculiar forma se ha erigido como un nuevo icono en la ciudad de Sevilla, aunando lo más clásico con lo contemporáneo. Con la firma de un estudio de Berlín, el complejo es uno de los cinco proyectos que optarán en mayo a los 60.000 euros del premio.
A pesar de no haberse colado entre los cincos finalistas, podemos destacar algunas nominaciones españolas como pueden ser la nueva estación de alta velocidad de Logroño de Ábalos + Sentkiewicz; la sede del Consejo Consultivo de la Junta de Castilla y León, en Zamora, de Alberto Campo-Baeza; la Filmoteca de Cataluña, de Josep Lluís Mateo; la ampliación del Museo de San Telmo, de Nieto y Sobejano o la Nave de la Música de Matadero Madrid, de Langarita-Navarro, entre otros proyectos.
Desde 2001, sólo dos estudios españoles han ganado el premio: Rafael Moneo en 2001, con su cubo del Kusaal de San Sebastián, y el estudio Tuñón y Mansilla en 2007, con su colorista edificio del MUSAC de León.
El ganador del premio y la Mención Especial Arquitecto Emergente, se darán a conocer a principios de mayo, en la ceremonia de entrega que se celebrará el 6 de junio en el Pabellón Mies van der Rohe de Barcelona