Actualmente, la consolidación y masificación de la impresión 3D adelanta lo que será una revolución arquitectónica y urbana en los procesos de diseño: la robótica, la optimización digital y las tecnologías CAD/CAM jugarán un rol importante en la producción de arquitectura y expansión de las ciudades, así como en otros ámbitos, las impresoras levantan la discusión sobre su alcance en casos como la fabricación casera de armas. Durante años, estas impresoras 3-D se han utilizado normalmente para hacer modelos, prototipos, piezas planas e incluso elementos tan pequeños como joyas. La impresión implica un proceso aditivo, donde las capas sucesivas de material se apilan una encima de otra para crear un producto acabado.
En este año 2014 contamos con el caso de Winsun New Materials, una empresa china de construcción, con sede en Suzhou, que construyó diez viviendas en 24 horas gracias a una impresora masiva 3D.
La máquina de Winsun es de 6,6 metros de altura, 10 metros de ancho y 150 metros de largo y la "tinta" que utiliza es a partir de una combinación de fibras de cemento y vidrio. Además, en un guiño a las estrictas políticas ambientales de China, Winsun plantea para un futuro utilizar material de chatarra sobrante de las obras de construcción y minería para hacer sus edificios en 3-D.
La empresa china estima que el costo de la impresión de estas casas es aproximadamente la mitad de la construcción de ellos de la manera tradicional. Y aunque la tecnología parece eficiente, es poco probable que sea ampliamente utilizado para construir viviendas a corto plazo debido a los obstáculos regulatorios.
Fuente: blogs.wsj.com