Por otra parte, el edificio sobre el que se ha intervenido en múltiples ocasiones, presenta las deficiencias habituales en los museos del siglo XIX. Carencia de un hall capaz de absorber el elevado número de visitas que un museo recibe hoy, y de los nuevos usos incorporados, áreas de información, tiendas, cafeterías, etc. Por último, hay que señalar que las necesidades de espacios han llevado a edificar en los patios del edificio original lo que ha provocado una ausencia de luz natural y ha convertido el recorrido del museo en una especie de laberinto en el que el visitante carece de todo dato sobre el lugar en que se encuentra.
La intervención sobre el edificio consiste, por un lado, en realizar una nueva y única entrada al museo a través del pasaje -con la dificultad añadida de conservar el paso público de bicicletas- y por otro, en liberar los patios recuperando hasta cierto punto su estado original.
Una escalera abierta a la entrada del pasaje trasladará al visitante a un gran hall central situado bajo el nivel de la calle que unirá las alas este y oeste. El gran espacio que se genera al abrir los laterales de los patios, albergará información, taquillas, tienda, restaurante, venta de entradas, etc.
La inauguración del nuevo Rijksmuseum por la entonces reina Beatriz el 13 de abril de 2013 fue un gran acontecimiento cultural tras diez años de reformas. Desde su re-apertura, la crítica nacional e internacional no ha dejado de elogiar la intervención de los arquitectos Cruz y Ortiz, ganadores del concurso internacional convocado para realizar su reforma. En este año, el museo, además, ha recibido 2,8 millones de visitantes y varios premios por su arquitectura, su gestión o comunicación, entre otros campos. Son finalistas del premio Mies van der Rohe, y ganadores del premio de Icon Magazine de Mejor Interior de 2013.
Fuentes: designboom.com; diariodesign.com